Fuente: Recuperado de Appliedbehavioralanalysisprograms.com, fuente electrónica que permite explorar programas formativos norteamericanos para personas interesadas en el análisis de conducta. Asimismo, comparten información sobre el campo del Análisis Aplicado de la Conducta.
Traducción: Angela Couret
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Con los cambios constantes en la educación y la tasa de autismo en alza, un mayor número de docentes debe acoger en sus aulas a alumnos dentro del espectro autista (nota de la traductora: de ahora en adelante, “con TEA”). Si bien la educación del niño con autismo podría parecer una tarea intimidante, a la vez podría convertirse en uno de los aspectos más gratificantes de su práctica docente. Siguen 30 cosas que los maestros deben conocer sobre el manejo de los niños con TEA en el aula.
1.Evite generalizar. Si Ud. ha conocido a un niño con autismo, solo ha conocido a un niño con autismo. Es importante recordar que todos los niños dentro del espectro son personas individuales y singulares y que lo que define a uno de ellos, no define al otro. Por ejemplo, si bien algunos niños con autismo son no-verbales, otros tienen gran talento en campos como la música y el arte.
2.Posibilidad de avanzar. Es posible que el niño con autismo avance dentro del espectro. Como maestro es probable que encuentrar mucha documentación sobre el diagnóstico de autismo de su alumno. Sin embargo, recuerde que un niño no debe ser rotulado por el lugar que ocupa dentro del espectro. Incluso alumnos considerados “de bajo funcionamiento” pueden avanzar dentro del espectro con las terapias correctas.
3.Fortalezas y debilidades. Al igual que todos los niños en su salón, los que tienen autismo tienen fortalezas y debilidades. Algunos pueden ser excelentes memorizando, pero tienen dificultad con la lectura y con el reconocimiento de los fonemas, por ejemplo. El maestro debe prepararse para el niño que tiene necesidades de apoyo diversas según el área de estudio.
4.Respetar los patrones. Los niños dentro del espectro autista tienden a desempeñarse mejor con la repetición y las rutinas. Los maestros pueden ayudar a que la experiencia educativa del niño sea lo más libre de estrés posible comprendiendo y acomodando sus rutinas al máximo, para prevenir las perretas, estallidos y angustia innecesaria. Trate de establecer una rutina estable en su salón ya que las investigaciones demuestran que una rutina consistente beneficia a todos los niños, no solo a los que están dentro del especro.
5.Tenga en cuenta los aspectos sensoriales – conozca en qué consisten y por qué pueden ser problemáticos. Es posible que Ud. no esté pendiente de sus propias preferencias sensoriales, de tenerlas. Si la música está muy alta, Ud. baja el volumen. Si se siente muy acalorado, se quita el sweater. Pero los niños con TEA no manejan los aspectos sensoriales de igual forma que las personas neurotípicas porque sus sentidos tienden a distorsionar la información. Antes de recibir a un niño con autismo a su salón, tome conciencia de los aspectos sensoriales potencialmente problemáticos en el aula.
6.Acostúmbrese a conductas como mecerse, balancearse y aletear. Los niños con TEA frecuentemente presentan conductas conocidas como “stimming” (traducido con frecuencia como comportamiento de auto-estimulación o comportamiento estereotipado). Estas conductas podrían incluir el aleteo de las manos, mecerse hacia adelante y hacia atrás, girar, o pasearse de un lado a otro. Si bien estas conductas pueden ser motivo de distracción tanto para el maestro como para otros alumnos, los maestros deben comprender que el objetivo de este tipo de conducta no es distraer. Más bien el patrón repetitivo le permite al niño sentirse cómodo y seguro.
7.Brevedad y claridad en la instrucción. Presente las instrucciones con el menor número de palabras posible. Los niños con TEA suelen tener dificultad para comprender las instrucciones verbales. Al dar las instrucciones, utilice el menor número de palabras posible para aliviar el procesamiento de la información. De ser necesario, dele al niño con autismo las instrucciones por separado.
8.Variar la forma de instrucción. De igual forma, es posible que el maestro deba ingeniarse para impartir las instrucciones de diferentes formas. Por ejemplo, el niño que tiene dificultad para procesar las instrucciones verbales se beneficiaría mucho con las ayudas visuales y/o las instrucciones impresas con un mínimo de pasos.
9.La dificultad de las situaciones sociales. Los niños con TEA suelen tener dificultad para detectar y decifrar las pistas sociales, pudiendo causar confusión e incomodidad entre el niño y sus compañeros. Los maestros pueden ayudar prestando particular atención al contexto social de su salón y modelando las conductas apropiadas.
10.Tiempo para la instrucción directa. No tenga miedo de dedicar tiempo a enseñar las normas y las habilidades sociales específicas. Por ejemplo, cómo esperar en la fila para montarse en el tobogán, cómo pedirle al vecino su sacapuntas, o cómo felicitar al equipo ganadar después de un partido.
11.No se tome a pecho las palabras hirientes. En vista a que los niños con autismo suelen tener déficits en habilidades sociales, es posible que en algún momento hagan comentarios que podrían considerarse ofensivos o inapropiados. Los maestros deben estar preparados para ocasiones como estas y en lugar de tomarse el comentario de manera personal, modelar respuestas apropiadas.
12.No sorprenda a sus alumnos con autismo con cambios repentinos. Como mencionamos arriba, los niños con autismo se desempeñan mejor dentro de una rutina. Un cambio sencillo en esa rutina – incluso algo que otros considerarían una sorpresa divertida – pudiera ser catastrófico. Cuando se planifica o anticipa un cambio de rutina, adviértale al alumno con autismo para que pueda prepararse. Por ejemplo, en casos de cambios de pupitre, simulacros de incendio o un paseo.
13.Fallas de motricidad. Los niños dentro del espectro autista con frecuencia tienen dificultades de motricidad. Por lo tanto, podría ser útil pensar en alternativas para tareas que requieren la escritura a mano, tales como permitirle a los alumnos con autismo el uso de tabletas electrónicas o laptops.
14.Fallas en el procesamiento del lenguaje oral. Una de las cosas más importantes que los maestros deben conocer sobre el autismo es que los niños con TEA necesitan más tiempo para procesar el lenguaje. Si Ud. nota una mirada en blanco luego de impartir una instrucción verbal, comprenda que el niño sigue procesándola. Ayúdele repitiendo las instrucciones con las mismas palabras, para evitar que tenga que reiniciar el proceso.
15.Dificultad para verbalizar sus ideas. El niño con autismo tiene sus propias ideas y opiniones, aunque le cueste verbalizarlas. Si bien algunos niños con autismo son no-verbales, esto no significa que no tengan nada que decir. Parta del supuesto que su alumno con TEA tiene ideas y opiniones al igual que cualquier otro alumno, aunque requiera instarlo a compartirlas de otra forma.
16.Diferencias en la comunicación. La comunicación con el niño con TEA no es similar a la que se tendría con un alumno neurotípico. Es posible que Ud. utilice el sarcasmo, las expresiones idiomáticas y un tono de voz alterado con los demás. Sin embargo, tome conciencia que estas formas de expresión no tienen el mismo efecto en el niño con autismo. Asimismo, el niño con autismo no captará las comparaciones con un hermano u otro alumno, o las referencias a hechos pasados, no relacionadas con el ahora. En el mejor de los casos, estos tipos de comunicación generan confusión. En el peor de los casos, pueden intimidar al alumno.
17.Las ventajas del reforzamiento positivo en lugar de castigo. Al igual que algunos métodos de comunicación resultan poco efectivos al dirigirse a un niño con TEA, lo mismo sucede con los castigos. Los niños con autismo tienden a malinterpretar el castigo punitivo, respondiendo mucho mejor al reforzamiento positivo. Converse con los padres del niño sobre los métodos disciplinarios que resultan más efectivos con su hijo.
18.El tiempo libre (“down time”) como reforzamiento positivo. Como mencionamos arriba, los sentidos del niño con TEA trabajan sobretiempo y con frecuencia arrojan información inexacta. Como puede imaginarse, esto es algo absolutamente agotador. Cuando el niño con autismo logre completar un objetivo, recompénselo con tiempo libre. Podría ser tan sencillo como permitirle 10 minutos para ojear un libro con sus audífonos puestos y así relajarse.
19. La importancia de la auto-regulación. Permítale al niño con TEA un tiempo y un espacio para auto-regularse. Ese rato tranquilo con el libro y los audífonos no tiene que ser únicamente un premio. Es posible que pautar un tiempo de auto-regulación para el niño con TEA de forma regular beneficie al clima general del salón.
20. El tema de los intereses especiales. Los alumnos con TEA suelen tener intereses especiales (pudiendo parecer una fijación). Si bien los maestros no tienen por qué plegarse a esos intereses todo el tiempo, pueden utilizarlos como motivación para el aprendizaje. Por ejemplo, si el niño tiene mucho interés en la computación, puede ser efectivo utilizar tiempo en la computadora como premio. Adicionalmente, cuando sea posible, los maestros pueden relacionar la materia que están enseñando con los intereses particulares del niño.
21.Mantener la calma, incluso ante el “peor’ comportamiento. Es importante recordar que los niños con TEA no entran en crisis para ocasionar un alboroto. Más bien, pierden el control cuando sus sentidos están sobrecargados y ese el recurso que les queda. Lo mejor que puede hacer el maestro es mantener la calma y proyectar una actitud de apoyo. Durante la crisis, el mundo ya de por sí es intimidante para el niño. Mucho peor sumarle un maestro en pánico y alterado.
22.La importancia de hablar de forma literal. En vista a que los niños con TEA requieren más tiempo para procesar las informaciones verbales, es mejor expresarse de forma literal. Decirle al niño exactamente lo que Ud. quiere decir, sin utilizar símiles, metáforas o frases idiomáticas.
23.Cuidado con los modismos. Evite incluso los modismos más comunes. Los niños con TEA tienen dificultad comprendiendo frases tan comunes como: “Darle una dosis de su propia medicina,” o “Buscar una aguja en un pajar.” Evite este tipo de frase para minimizar la confusión.
24.Opciones claras. Todos los niños, incluyendo los que están en el espectro autista, se benefician con opciones de elección claras. Evite preguntas abiertas como: “¿Qué quieren jugar a la hora del recreo?” Más bien pruebe algo así: “¿Qué prefieren jugar: Al ratón y el gato o Atrapar la bandera?” Tener las opciones claras se traduce en menor tiempo de procesamiento y menor oportunidad para argumentar.
25.Ofrecer fotos y ejemplos del producto final deseado. Como referimos anteriormente, los alumnos con TEA tienen dificultad para comprender las cosas que no son literales. Además, se toman más tiempo para procesar la información. Al iniciar un proyecto, podría ser útil mostrar un ejemplo del producto final deseado. Esto les permitirá tener una idea más clara del objetivo deseado.
26.Detectar las señales de ansiedad. Los cambios de conducta abruptos suelen ser señales de ansiedad. Vivir con TEA significa vivir con un sistema sensorial que te bombardea constantemente con información que podría o no ser acertada. Si Ud. nota un cambio abrupto de conducta en su alumno con autismo, probablemente no se trate de un recurso para buscar atención. El niño podría estar sintiendo ansiedad por algo en el ambiente.
27.Factores ambientales. Tome conciencia que la decoración de su salón podría estar sobre-estimulando al niño con autismo. Actualmente las aulas tienden a estar repletas de colores y texturas. Es posible que la multitud de estímulos visuales y no contar con un lugar donde descansar la vista, sea difícil de manejar para el sistema sensorial del alumno con TEA. Considere bajarle el tono a la decoración reduciendo el número de elementos decorativos y los colores intensos. Asimismo, incluyendo un espacio (tal vez al frente del salón) donde descansar la vista. Es posible que un salón con menos estímulos beneficie a todos sus alumnos.
28.Observe al niño durante espacios de tiempo libre y recreo. Al igual que cualquier niño, el niño con autismo debe tener la oportunidad de socializar durante los espacios de tiempo libre, sea a la hora de almuerzo o en el receso. El alumno, y muy probablemente sus padres, le agradecerán tenerle el ojo puesto durante esos momentos de socialización para que sean beneficiosos y no demasiado difíciles, tanto para el niño con autismo como para sus compañeros.
29.Comprenda que las acciones repetitivas tienen un efecto tranquilizador para el niño con autismo. Ya hablamos sobre los comportamientos auto-regulatorios (stimming) – movimientos repetitivos tales como balancearse - que el niño con autismo utiliza para reducir su ansiedad. Pero el efecto tranquilizador de la repetición no se limita a las estereotipias. Los maestros pueden transmitir una sensación de calma estableciendo y manteniendo rutinas estables (por ejemplo, al cambiar de materia, prepararse para ir a almorzar, etc.).
30.Ayuda para la organización. La organización es una habilidad que debe enseñarse. Si bien muchos niños tienen dificultad para mantenerse organizados, es posible que el alumno con autismo tenga mayores dificultades en este sentido. Los maestros pueden trabajar con el niño para acomodar sus útiles al llegar, durante las transiciones, y recogiendo a la salida hasta que se convierta en rutina. También es bueno revisar periódicamente los escritorios para que los niños comprendan las expectativas en cuanto a limpieza y organización.
Finalmente, quiera a su alumno con autismo como a cualquier otro en su salón. Los niños con autismo son, primero y ante todo, niños. Son amorosos, divertidos y le robarán el corazón.