Con frecuencia los padres sienten que deben educar al maestro de su hijo en torno a las Dificultades del Aprendizaje de su hijo y su impacto en su aprendziaje. ¿Cómo lograr una relación colaborativa con el docente?
Autora: Gina Robuck, M.Ed. Robuck tiene más de 10 años de experiencia como psicóloga escolar y ha trabajado con niños desde preescolar hasta bachillerato. Actualmente ofrece servicios de asesoramimento y evaluación a familias con niños con necesidades especiales y ayuda a los equipos de profesionales (school-based teams) a identificar y abordar las necesidades educativas de los alumnus.
Fuente: Artículo publicado originalmente en Schwablearning.org
Publicado con la autorización de su autora.
Traducción: Ángela Couret
Cada agosto padres e hijos esperan con ansias el inicio de un nuevo año escolar. Sin embargo, para los padres que tienen un hijo con una dificultad de aprendizaje (DA), Trastorno de Atención /Hiperactividad (TDA/H) o cualquier otra discapacidad, la anticipación usualmente conlleva ansiedad, preocupación e incluso temor.
Una de las principales preocupaciones para los padres es si el maestro de este año tendrá conocimientos sobre la discapacidad de su hijo y cómo impacta su aprendizaje – cómo aprende mejor, cuáles son sus principales dificultades y lo que necesitará para tener éxito en su salón.
¿Por qué será que a veces parece que los padres saben más que los maestros sobre el impacto de las DA o el TDA/H sobre su hijo? Con frecuencia los padres se encuentran que deben educar al maestro de su hijo sobre estos temas para procurar que tenga un año académico exitoso.
Por qué la falta de conocimiento sobre las DA y el TDA/H
Existen algunas razones bastante comunes para que los maestros de educación regular tengan poco conocimiento sobre las discapacidades en general. Primeramente, los programas formativos para maestros regulares suelen dedicar pocas horas de enseñanza al impacto de las discapacidades en sus alumnos y cómo ayudarles a aprender.
En segundo lugar, los maestros de educación regular no suelen anotarse para cursos de actualización enfocados en estrategias efectivas para enseñar a niños con DA o TDA/H.
Por último, la mayoría de los distritos escolares no ofrece a los maestros de aula capacitación en-servicio sobre cómo enseñar a los alumnos con necesidades especiales de apoyo educativo.
En mi experiencia como asesora y psicóloga en las escuelas, observo que muchos maestros de educación regular hacen su mejor esfuerzo por ofrecer los apoyos apropiados para los alumnos con discapacidad en sus salones. Pero para ser efectivos enseñando a estos alumnos, los maestros regulares necesitarían más interacción y orientación de parte de sus colegas de educación especial. Mucho más de lo que usualmente sucede en la mayoría de las escuelas regulares. Esto causa frustración en los maestros y en los papás.
Además, los padres se enfrentan con algunas actitudes prevalentes en los maestros. Muchos maestros no consideran a los padres “expertos” en la discapacidad de su hijo - cómo aprenden, qué tipo de instrucción requieren, sus fortalezas y debilidades, y lo que necesitan para tener éxito en lo académico y social.
Otra actitud común en los maestros es que los niños con DA o TDA/H son “flojos,” “desmotivados,” y “tienen que esforzarse más.” Y mi favorita: “Tu hijo puede hacer el trabajo cuando quiere o decide hacerlo.”
Conductas en el aula que requieren comprensión de parte del maestro
Lo que muchos maestros no comprenden es que los niños con DA y TDA/H tienen que esforzarse mucho más que sus compañeros para adquirir, retener y poner en práctica diariamente las habilidades académicas y sociales. Esto puede ocasionar altos niveles de estrés en muchachos que de por si tienen una capacidad de afrontamiento limitada. Frecuentemente este estrés se traduce en conductas que probablemente serán malinterpretadas o pasarán desapercibidas por los maestros que no comprenden bien los desafíos que plantean las DA o el TDA/H.
Por ejemplo, es posible que los niños se enganchen en comportamientos evasivos como pararse constantemente del pupitre por diversos motivos, pedir permiso para sacarle punta al lápiz o ir al baño a cada rato y molestar a los compañeros durante períodos de trabajo independiente
Los muchachos también pueden desarrollar síntomas relacionados con la ansiedad incluyendo no querer ir a la escuela, quejarse por dolor de estómago o cabeza, pedir permiso frecuente para ir a la enfermería o echarse a llorar en el colegio. Además, pueden surgir conductas inadecuadas como entrar en argumentos con el maestro, agresividad verbal y física con sus compañeros o negarse a cumplir alguna instrucción del maestro.
En mi experiencia, las soluciones que los maestros aplican para manejar estas dificultades conductuales se centran en el niño y no en sí mismos. Frecuentemente el docente puede minimizar o eliminar un comportamiento inadecuado simplemente cambiando la forma en que presenta la información, ofrece ayuda o modifica la forma en que el niño puede demostrar dominio de un aprendizaje.
Un ejemplo personal. Luego de presenter una solicitud para un Plan 504* (*un recurso educativo disponible por ley federal norteamericana para salvaguardar los derechos de niños que cumplen con algunos criterios indicativos de discapacidad) para mi hija con diagnóstico de TDA/H, conversé con la trabajadora social en su escuela. En esa reunión comentamos que mi hija no quería ir al colegio porque se sentía abrumada por todo el trabajo que tenía que hacer, las razones por las que llegaba tarde y los apoyos que yo pensaba que serían apropiados.
Pasamos 20 minutos hablando sobre un plan conductual para mi hija (eso antes de que la trabajadora social supiera que yo era asesora educativa y psicóloga escolar) y la trabajadora social terminó la conversación con este consejo en relación con las llegadas tardías de mi hija: “Sra. Robuck, podemos implementar cualquier plan conductual acá en la escuela pero ultimadamente, es su responsabilidad hacer que llegue a tiempo.”
Se hizo dolorosamente evidente que esta trabajadora social tenía limitados conocimientos y experiencia en relación con los niños con TDA/H ya que su solución para manejar el síntoma que mi hija estaba manifestando – llegar tarde – no abordaba la causa subyacente de la ansiedad, producida por el exceso de trabajo que demandaba el colegio. Afortunadamente, al obtener aprobación e implementar el Plan 504, su maestra redujo la carga académica, la ansiedad de mi hija disminuyó significativamente y su puntualidad mejoró considerablemente.
Educar a los maestros invitando a la colaboración
Educar a los maestros sobre las diversas discapacidades y su impacto en el aprendizaje de su hijo niño puede ser desafiante para la mayoría de los padres. Además, requiere tiempo, energía, perseverancia y paciencia. Por lo tanto, ¿cómo pueden los padres educar a los maestros de una forma que promueva una relación de colaboración?
- Compile una colección de artículos que describan la discapacidad de su hijo. Puede facilitarle al maestro un artículo que se relacione con alguna necesidad que surja. Procure que los artículos sean breves (1 – 2 páginas). Si los artículos son más extensos, anexe un resumen que incluya los puntos más importantes. La mayoría de los maestros agradecerá la información, al igual que su tiempo y esfuerzo.- Organice y tenga a la mano un expediente con copia de los documentos educativos de su hijo incluyendo evaluaciones y otra información que pueda necesitar al comunicarse con los maestros y personal administrativo del colegio.
- Redacte una biografía breve sobre su hijo (1 – 2 páginas) que incluya: sus fortalezas y debilidades, estrategias que ayudan a su hijo a tener mayor éxito y sugerencias sobre situaciones a evitar. Solicite una reunión con el maestro antes de que empiecen las clases o inmediatamente después para revisar esta información.
- Resuma el PEI. No es un secreto que algunos maestros tienen dificultad revisando e interpretando los Programas Educativos Individuales (PEIs). Frecuentemente los PEIs son complejos y engorrosos y los maestros de educación regular tienen dificultad para encontrar la información que realmente necesitan. Redacte un “Resumen del PEI” que incluya información sobre: las áreas en que su hijo requiere apoyos (…); el impacto que tiene la discapacidad de su hijo en su aprendizaje y en sus necesidades educativas; el tipo, la frecuencia y la duración de los servicios de apoyo que su hijo recibe (por ejemplo, terapia de lenguaje u ocupacional); e información detallada sobre las adaptaciones que su hijo necesita. No olvide conversar con los profesores de materias de enriquecimiento (por ejemplo arte, educación física, computación) ya que ellos también necesitan la información y lo agradecerán mucho.
- Infórmese sobre el tiempo de colaboración previsto entre el maestro de su hijo y el docente de educación especial. Algunos PEIs indican específicamente cuánto tiempo de orientación y apoyo recibirá semanalmente el maestro del niño de parte del especialista en educación especial. Solicite al docente especialista que le mantenga informado sobre cualquier problema que surja.
- Dependiendo de las necesidades de su hijo, podría ser útil solicitar una reunión periódica con el equipo conformado por maestro regular, docente especialista y otros especialistas que brinden servicios a su hijo. Estas reuniones deberán tener una agenda temática y ser breves (no más de 30 minutos).
- De ser posible, pida permiso para observar a su hijo en la escuela – en el salón regular y en el salón especial si su hijo recibe algún servicio especializado en ese contexto. Evalúe aspectos como: ¿el contexto áulico favorece el aprendizaje del alumno?; ¿Cómo está estructurado el salón – demasiados o muy pocos estímulos?; ¿Cómo responde su hijo a la instrucción del maestro?; ¿Logra participar en las actividades del aula?; ¿Consigue terminar su trabajo de forma individual o requiere ayuda?; ¿Cuánta ayuda?; ¿Participa en las discusiones del aula? Y si no lo hace, ¿a qué se debe?
Es posible que su hijo esté manifestando conductas importantes que el maestro no ha percibido. Tome apuntes sobre las conductas que Ud. observe y que le ayuden a comprender cómo funciona su hijo en el contexto escolar. Luego podrá compartir esta información en futuras reuniones con el maestro para contribuir en la búsqueda de soluciones para las dificultades del niño.
Si no le permiten observar a su hijo en la escuela, pídale a una persona del colegio en quien Ud. confíe hacer la observación y compartir la información. Otra opción podría ser contratar a un asesor educativo para que observe al niño y ofrezca retroalimentación sobre las conductas observadas en el aula.
- Encuentre un “aliado”. Muchas veces hay alguien en el colegio que sí tiene el conocimiento y la experiencia con condiciones como la de su hijo y que puede ayudarle a educar al docente. Podría ser la maestra especialista que atiende a tu hijo o un maestro del año anterior que supo exactamente cómo satisfacer las necesidades del niño. Sea quien sea, converse con ellos sobre las dificultades que su hijo está enfrentando y averigüe en qué forma podrían ayudar. A veces el docente recibirá mejor la información si viene de un colega.
- Evite culpar y controle sus emociones. Pruebe con estrategias de resolución de conflictos. Por ejemplo, Ud. podría decir “David me ha dicho que está teniendo mucha dificultad para completar las tareas escritas. ¿Cómo podemos ayudarlo a ser más exitoso? ¿Qué información adicional se necesita?” Esta forma de abordar el tema contribuye a fomentar una relación colaborativa y podría motivar al maestro de su hijo a aprender más sobre su condición para satisfacer mejor sus necesidades.
Cuando el maestro de tu hijo te diga que ha leído un artículo o una investigación sobre la discapacidad de tu hijo y que tiene algunas nuevas estrategias para probar en el aula sabrá que su esfuerzo ha rendido frutos – no solo en beneficio de su hijo, sino en el de otros con condiciones similares.
- Permita al maestro mostrar lo mejor de sí. En mis años trabajando con maestros, muchos me han comentado que se sienten poco capaces de satisfacer las necesidades de sus alumnos con DA o TDA/H porque no tienen suficiente conocimiento y experiencia. Apoyando al maestro de su hijo facilitándole información de forma respetuosa y comunicándose regularmente, Ud. podría aumentar su autoconfianza y, de esa forma, ayudar a su hijo a tener éxito.
Identifique qué métodos y estrategias no están resultando y reúnanse para hacer una lluvia de ideas e identificar los cambios que beneficiarían a su hijo. ¡Y no olviden reconocer lo que esté funcionando bien!
Mantenga la comunicación fluyendo
Una comunicación fluida y efectiva con el maestro de su hijo es imperativa para un año escolar exitoso. Es muy importante documentar por escrito puntos importantes de las conversaciones con los maestros y otros especialistas y archivarlas en su expediente. Muchos maestros utilizan el correo electrónico para comunicarse con los padres pero a veces es necesario agendar una reunión presencial para abordar temas más complejos.
Lo importante es tomar la iniciativa y hacer seguimiento. Es mucho más fácil y menos problemático resolver problemas cuando recién inician y no cuando se han convertido en críticos. Además, es fácil que surjan errores de comunicación. Conversar sobre las expectativas de comunicación – dónde, cuándo y con qué frecuencia – iniciando el año pueden evitar problemas más adelante. (…)
Resumen
Idealmente Ud. podrá aprovechar estas ideas para desarrollar una relación colaborativa con el maestro de su hijo y educarle sobre su discapacidad. Seguramente muchos de esos maestros agradecerán y valorarán el tiempo y esfuerzo que Ud. dedicó para ayudarles a comprender mejor a su hijo y colaborarán brindando apoyos más efectivos. Pero habrán muchos otros que alegarán “no comprenderlo”, independiente de los talleres a los que asistan y los artículos que lean.
Independiente de la actitud del maestro, es importante continuar tendiendo puentes de información y conocimiento sobre las DA y el TDA/H hacia el maestro porque eventualmente podría ayudar a que su hijo y otros como él tengan éxito académico.